Dia 7. Costa Atlántica / Mercado de Serekunda / Reserva Natural Desembocadura Rio Gámbia / Lamin Loodge


Dia 7. Costa Atlántica / Mercado de Serekunda / Reserva Natural Desembocadura Rio Gambia / Lamin Lodge
Vendedroa acalorada

Quedamos a la 9 h. con el taxista, Tata, y con un amigo suyo, un buscavidas que hablaba castellano y que respondía  al nombre de Amigo.

Mercado de Serekunda
Mercado de Serekunda, este mercado esta aun mas lleno de St. Albert. Es una pasada, montones de vendedoras atiborradas en espacios minúsculos para intentar vender sus productos, muchísimas mujeres paseando por allí y comprando. Casi no se podía ni caminar. Toneladas de moscas revoloteando por los pescados “frescos” y ahumados. Era muy bonito de ver tanto colorido y “tradición” distinto a la nuestra..
Vendedroa de pescado ahumado



Pero nos asustamos muchísimo, éramos los únicos blancos y  sacando fotos a una paradita más grande que las demás,  la dueña, una musulmana radical (muerta de hambre por el Ramadan) y a la que no le habíamos sacado ninguna foto empezó a increparnos, nos llamaba europeos asquerosos, que sacamos fotos de sus miserias pero no les damos nada para comer. Se monto una tangana del carajo, empezó a hacerse un
Las calles son un fangal
tumulto alrededor nuestro, el taxista y su amigo nos sacaron de allí como pudieron, a empujones entre la multitud.


En la zona de ropa y abalorios compramos unos manteles muy bonitos, con unos estampados africanos chulísimos. Pero no estaban rematados, por lo que en Barcelona me costó lo mismo el remate que compre en la mercería que  los manteles (cada mantel: entre 250 y 200 dalasis) También compramos pantalones típicos africanos.  Estampados chulísimos pero todos por rematar, no están sobrehilados. (cada pantalón: 200 dalasis) (Y un pareo hecho en Senegal, súper bonito, que después me arrepentí de no haber comprado mas 150 dalasis.) (collares dependiendo del estilo: 25 a 40 dalasis) (3 mini cuadros de arena: 200 dalsis)
Vendiendo pescado

Reserva Natural de la Desembocadura del Rio Gambia, al llegar allí nos esperaba un pequeño cayuco de madera, 2 remeros, el Amigo, Toni y yo.

Al cayuco hacía muchos años que nadie le hacia un buen mantenimiento y hacia gua por una brecha. Tuvimos que sentarnos de manera que quedara un poco inclinado hacia el lado contrario al de la brecha. Toda una intensa experiencia.

Embarcadero

El resultado fue algo fantástico e inesperado, como no hablamos casi ingles creíamos que habíamos contratado una excursión para ver pajaritos, que si vimos.  Pues no,  ese no era nuestro destino, al cabo de un ratito de navegar (ladeados hacia un lado) por sendas estrechísimas entre los manglares, nos hicieron desembarcar.
Bosque de Manglares

Íbamos a ver a una tribu local , karanca, que vive allí.  Es una aldea aislada entre el bosque de manglares. Al principio del recorrido te hacen entrar en un árbol Boobbab centenario vacio por dentro, cuatro fotos y sigues hacia no sabes dónde, por que el Amigo tampoco tenía ni idea.  No nos apuntamos el nombre de la tribu y ya no nos acordamos. ¡Somos un desastre!
Reptil tomando el sol

El paseo hasta llegar a la aldea es muy, muy bonito. El colorido de los vestidos de las mujeres entre los arrozales y los campos de cultivo es una imagen idílica. Allí viven 500 personas en tan solo 15 casas. No tienen agua corriente, ni luz. Tan solo pueden entrar y salir de la aldea en barcaza. Se  alimentan de arroz, algunas hortalizas y pescado. No pasan hambre pero no tienen ni medicamentos, ni escuela, viven bajo mínimos. La ducha comunitaria son cuatro maderas en semicírculo y un viejo y oxidado cubo.
Saliendo de un Baobbab

Paseando por allí íbamos dando caramelos y lápices a los niños. Eran muy correctos. No tuvimos ningún susto. Algunos días habíamos tenido problemas ya que los niños eran muy agresivos entre si y se peleaban por arrebatarnos los caramelos, juguetitos y lápices y se hacían daño entre ellos.
Mujeres cultivando la tierra


Los hombres de la etnia están en el embarcadero esperando a unos turistas que casi no llegan (ese día tan solo éramos nosotros) mientras que las mujeres trabajan la tierra, recogen ostras entrando entre los manglares montadas en unos troncos de madera vaciados a modo de barcas (por allí en medio hay cocodrilos), cocinan y cuidan de los niños.

Vimos a una niña con una herida muy fea en la pierna, Toni la curo, mientras la niña cogía con
Curando a una niña
fuerza su rubia Barbi medio destrozada. Les dejamos nuestro botiquín de viaje y el anti mosquitos. Nos sentíamos como unos exploradores en una tierra desconocida. Allí nadie vende nada ni te pide nada. No sé cómo nos ven,  pero no nos ven  como una hucha con patas.

Comimos en la otra orilla, en el embarcadero: arroz blanco, patatas fritas, pescado encebollado, pescado frito, Kepsup y mahonesa.
Camino de la aldea

Unos 10 barqueros nos miraban fijamente mientras nosotros comíamos y ellos chupaban un palito. Un artista local se nos puso al lado a tocar música reeggi, lo hacía muy bien era como estar oyendo a Bob Marley, eso debió ofender a unmusulmán radical que nos puso la radio a toda hostia para que oyéramos cantar el Corán.
Lamin Lodge

Justo al lado teníamos el Lamin Loodge, un restaurante que sale en todas las guías de viaje. La agencia de viajes nos dijo que estaba cerrado por obras, no es cierto,  ahora está abandonado.  Es una lástima, debía ser precioso, situado en el rio, todo él de madera, encima de unos soportes de   madera, con unas vistas impresionantes. Nos contaron que el propietario europeo lo dejo y allí nadie es capaz de conservar las instalaciones.
Anuncios pintados en un Baobbad

Viaje con el taxista + refrescos + comida + viaje en barca = 3.000 dalasis. ) (Propina Amigo: 200 dalasis) (Propina remeros: 200 dalasis) (Propina bar: 150 dalasis) (Propina músico: 50 dalasis) (Al tonto de la radio que nos estropeo el momento reggi no le dimos propina)

Ese día también cena y helado en los mismos sitios. Somos de ideas fijas, nos debe faltar espíritu aventurero.
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